O se hacen la burla, o es todo lo que dan; (para el caso, es lo mismo)
Antes de entrar al fondo del texto que debo entregar a quienes gentilmente me publican, me permito reflexionar “en voz alta”, para asegurar que, en el tiempo en el que vivimos, con un gobierno al que solo le queda el abuso y la presión como señal de fortaleza y legitimidad, para decirle a la gente que: la cobardía es una opción; optar por ser cobarde o no serlo es una opción.
Y créeme que no podés quedarte con la opción de ser cobarde; de vivir con miedo. En algún momento tenés que rebelarte. Se está jugando el futuro de tu entorno, de tu familia cercana, de tus vecinos, de tu comunidad, de tu ciudad, de tu departamento y del país. Si tenés mi edad, entendamos que ya no importamos nosotros, pero sí nuestros hijos y nietos. Aunque a muchos de nosotros sí nos interesa todo lo descrito, como víctimas, del desgobierno.
Como va el país, fundido por donde se lo analice, decaído moral y económicamente, por la falta de capacidad, pero sobre todo de honestidad de quienes ejercen el poder pero que, además, insisten en la comunistización del Estado, debemos plantearnos si la opción es la cobardía.
Pongámoslo claro, el miedo se hizo para ser vencido. Todos podemos; unos con menos esfuerzo que otros, pero podemos hacerlo, sobre todo, cuando el hecho motivador es saber que el gobierno en su conjunto puede ir llevando la democracia i-liberal a un nuevo escalón, antes de que se termine su tiempo legal.
La tentación autoritaria de Arce y sus cómplices, (porque no son otra cosa), amenaza con hacer trizas el país que conocimos hasta hace 20 años; ese país que no conocieron los jóvenes de 30 años para abajo, que se inició con Morales y debe terminar con el presidente actual, en noviembre del año que corre, si acaso no se le ocurre hacerle un bien al país y renuncia antes, reconociendo su fracaso absoluto.
Cierro esta introducción sosteniendo, de nuevo, que la cobardía no es una........
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