Nos amó primero
En la primera carta de Juan nos encontramos con una frase que nos llena la vida de un silencio amoroso: “Nos amó primero”, 1 Juan 4,19. Vamos a hablar de la vocación que cada uno de nosotros tiene. Desde niños vamos aprendiendo a conocer qué nos gusta, qué nos llama la atención. Es un conocimiento maravilloso. Nuestros padres suelen decir que le gustaban los números, que su pasión por las matemáticas fue desde pequeños. O quien dice cuando oía una melodía, quedaba perplejo oyéndola. Siempre le gustó la música. Escuchar los comentarios de nuestros padres siempre serán enriquecedores en nuestro proceso de conocimiento.
Cada persona, cuando crece, decide qué camino tomar. Qué vocación buscar. Pero antes de cualquier decisión, ya había en el corazón un deseo y un sueño; había un amor primero.
Los que se enamoran y desean formar una familia. Y quienes se enamoran de una vida misionera y sienten en su corazón y en la vida cotidiana el llamado de Dios. En ambas vocaciones hay renuncias y hay anuncios.
La mujer que decide casarse lo hace porque en medio de tantos hombres ha optado por amar a uno solo. Es una grandeza. Y lo mismo el hombre. En medio de tantas mujeres bonitas, decide amar a una. Porque a él, esta mujer no solo le gusta, sino que la quiere amar y quiere construir con ella un hogar.
En la vocación religiosa, el misionero o la misionera, en medio de su amor por seguir a Cristo en una vida consagrada no solo está enamorado del servicio, de ayudar, también debe renunciar a amar a una sola persona, para amar a quienes Dios ponga a su cuidado y a........





















Toi Staff
Gideon Levy
Tarik Cyril Amar
Stefano Lusa
Mort Laitner
Robert Sarner
Mark Travers Ph.d
Andrew Silow-Carroll
Ellen Ginsberg Simon