Libertad de investigar y deber de transformar: ética, integridad y responsabilidad científica para un mundo mejor
En un mundo atravesado por crisis sanitarias, climáticas, sociales y geopolíticas, la ciencia se alza como una de las pocas herramientas capaces de proyectar horizontes más justos y sostenibles. Sin embargo, su capacidad transformadora no es automática. Depende de cómo protegemos la libertad de investigar, y de cómo integramos valores esenciales como la ética, la integridad y la responsabilidad en la práctica científica.
La libertad de investigar es el pilar fundamental del quehacer académico y científico. Es el cimiento mismo del pensamiento crítico, la innovación y el progreso en las sociedades democráticas. A lo largo de la historia, ha sido esta libertad la que ha permitido a investigadoras e investigadores formular preguntas incómodas, desafiar dogmas y barreras establecidas en pos de abrir caminos hacia nuevas comprensiones del mundo. Desde Galileo, juzgado por contradecir la visión geocéntrica dominante, hasta quienes hoy denuncian con evidencia científica -acumulada por décadas- sobre los impactos del cambio climático o las desigualdades estructurales en salud y tecnología. De ahí que las grandes transformaciones han nacido del coraje de investigar más allá de lo aceptado.
El ejercicio de esta libertad no es un acto espontáneo. Requiere de........
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