¿Sentirse libre en una prisión?
Abelito no debió caer en la trampa, porque los chicos geniales no consumen drogas. Para ser reconocido en un grupo, el mejor camino es el empeño, no el químico. Tras la ilusión temporal de ser aceptado, lo golpeó la realidad más dura: el efecto desinhibidor pasó, y las consecuencias fueron crueles.
No se trata solo de la intoxicación, las convulsiones o las crisis psicóticas, sino de cómo se destruyen sus amistades, la familia, el futuro…
Afortunadamente, la mayoría de sus amigos es demasiado inteligente para tomar ese camino, uno tan letal que no perdona siquiera la primera vez.
Pero el fenómeno se ha extendido como nunca antes, porque los traficantes han ideado formas muy mañosas para solapar las drogas… y........
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