EXALUMNOS AGUSTINOS EN IQUITOS: 40 AÑOS ANTES, 40 AÑOS DESPUÉS
ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel
“En la ruta del deber, seguiremos sin temor porque querer es poder y Agustín es el gran Doctor”. Himno del colegio San Agustín de Iquitos.
Hay que decirlo con orgullo de agustino. Con todas sus letras. Con todas las fuerzas. Como si estuviéramos alentando al seleccionado colegial en una de esas tantas disputas donde la tribuna insultaba y la victoria complacía: los exalumnos agustinos de Iquitos fueron los pioneros en la organización de reencuentros. Otra para que se escuche más fuerte: Los exalumnos agustinos de Iquitos radicados en Lima organizan el más importante reencuentro colegial nacional. Ambas frases son, deberían, ser axiomas.
Reconociendo a los que en Lima han replicado, corregido y aumentado lo que se inició en Iquitos, volvamos la mirada a diciembre de 1984, con las involuntarias omisiones y las arbitrarias inclusiones de quien escribe éstas líneas. La selección de fútbol del colegio San Agustín de 1982 fue una de las mejores de su historia. Ojo: Una de las mejores. Porque en ella confluían alumnos que egresaban ese año y quienes estaba a uno y dos años de hacerlo. Tres grados, gracias al fútbol, se juntaron bajo la dirección técnica de Juan José Vásquez y la preparación física de Eduardo Sánchez, el negro Sánchez. El colegio campeonó en el torneo interescolar. Para quienes no destacaban en los estudios, hacerlo en el fútbol era un manantial en el desierto. En esos años estaba oficialmente prohibida la organización de fiestas de promoción, tirando por el tacho las memorables y esperadas fiestas promocionales en el Club Tennis Iquitos.
El principal opositor a esas fiestas era el director Maurilio Bernardo Paniagua, osa. Así egresó la promoción 1983. Con esas restricciones y celebraciones. Varios de ellos fueron a “estudiar” en Lima y otros se quedaron en Iquitos dizqué porque no tenían claro qué querían hacer con sus vidas aunque todos sabían que deseaban todo menos estudiar más tiempo. Así llegó diciembre de 1984. Entre los que radicaban en Iquitos y quienes estudiaban en Lima se daba el reencuentro lógico. Unos seguían pensando qué estudiar, otros seguían engañando a sus padres que estaban estudiando y varios ya sabían que nunca iban a estudiar. Pero los unía la diversión, la chacota, la palomillada, la pendejada, en toda la extensión de la palabra, pues. Muchos guardaban aprecio al padre director. Con varios ese sentimiento........
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