Poesía en el predicado de francisco
Por: Gerardo Aldana García
Con la facilidad del acorde que nace del canto de un ave cuando despierta la ciudad dormida, fluye la poesía de Francisco en sus prédicas pastorales. Este Papa que se fue, decidió quedarse, bien por sus posiciones de máximo jerarca católico amante de la sencillez, la humildad y la juventud, y también por la poesía en la que convertía sus frases en diversas intervenciones, al punto de hacer sentir en el auditorio que, cada párrafo de alocución no es el segmento de un discurso cristiano, si no un soneto lleno de música y ritmo. Y, ciertamente, resulta sumamente agradable en el sentir literario, bucear en el profundo océano de reflexiones cristianas del Papa Francisco y vivir en sus palabras la voz de un bardo natural pletórico de metáforas, símiles o prosopopeyas en los que recrea imágenes capaces de abrazar al escucha, de besar con su lírica el alma del lector.
Un ejemplo de ello, en donde el pastor papal procura destacar la necesidad de saber escuchar, es su manifestación: «A veces, el ruido del mundo ensordece el suave susurro de la verdad. Aprendamos el arte del silencio interior, a inclinar el oído del corazón para escuchar la melodía tenue de la conciencia y la voz delicada del Espíritu.» En otro de sus pasajes apostólicos, esta vez buscando reflexionar sobre el camino de la fe, como procurando exhortar la devoción consciente hacia los ignotos horizontes del espíritu, expresa: «La fe no es un mapa trazado con........© Diario del Huila
