menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Los de la Cordillera, no son “Perros de Presa” de nadie, 1877 / Por Oswaldo Manrique

9 0
09.06.2025

Ricardo estaba pendiente de la construcción del primer puente de tablas, sobre el río Motatán, en el camino a Carvajal. Estando un día en Timotes, le tocó ir en mula a Motatán y se fue con uno de los Rivas por la escarmentosa rivera del río, para evitar tener contratiempos o quedar involucrado en los tiroteos de las distintas bandas armadas liberales y conservadoras en el Valle de La Puerta, la Cañada de Mendoza y en Valera. En la marcha, tuvo oportunidad de ver los trabajos de esta obra de gobierno del Presidente del Estado, el general Santana Saavedra, y sentir la bulla alegre de los que allí se encontraban. Una mañana, en Los Aposentos, con mucho entusiasmo les conversaba de esto a sus hermanos. Francisco Javier, a quien le decían “Pancho” Javier, el más ocurrente y también curioso en asuntos de construcción, molinos e ingenios, para llevarle la contraria, le suelta la duda:

Ese mismo año, Ricardo y sus hermanos colaboraron para otra obra que los beneficiaba, la construcción del camino de “El Portachuelo de La Lagunita”, “La Mocoti”, en ruta hacia el estado Merida, tambien favorecia el trayecto de Valera-La Puerta. Para ejecutarla las comunidades cercanas, aportaron herramientas, yuntas, alimentos y hombres, era la fórmula para avanzar en obras proyectadas y financiadas por el gobierno, que ya había adelantado a la Junta de Fomento, 200 venezolanos.

En mayo de 1877, al haber culminado el “Ilustre Americano” general Antonio Guzmán Blanco, su periodo como Presidente de la República, el nuevo gobierno es encabezado por el general Linares Alcántara, y cuando se tuvo noticias que Guzmán había llegado a Europa, inmediatamente, emitió el Decreto de Amnistía para que todos los exiliados políticos regresaran a la Patria (Cardozo, 181). De esta forma, regresa a Trujillo el caudillo conservador general Juan Bautista Araujo, el legendario “León de la Cordillera” y sus copartidarios, lo que cambió el cuadro político y militar en la región.

En efecto, en Trujillo, el general Santana Saavedra, Presidente del Estado, aprovechando la oportunidad, envió rapidamente un emisario invitando al general Araujo y a sus copartidarios de destierro a regresar a sus hogares trujillanos. Esto lo confesó años después estando en Tuñame el mismo Araujo, cuando escribió (Carta del general Araujo al general Santana Saavedra, del 26 – 3 -1885. En: Testimonios del Periodismo Trujillano. Tomo 35).“Santanita” lo convenció e idearon crear un Partido “Poncho” liberal, donde cabían todos los que sus dirigentes permitieran, siempre y cuando estuvieran en contra de la “Lagartijera” de los González.

En La Puerta, las autoridades impuestas a los pobladores: los indios Bomboyes, fungía como Jefe Civil, el hacendado mendocino “godo-liberal” y Sacristán (Mayordomo de Fábrica) de la Iglesia de San Pablo Apóstol, Miguel Aguilar y como secretario, Eduardo Chuecos. En el Tribunal de este Municipio, estaba como Juez, Jesús María García, y como Secretario, Martiniano Rivero, todos armados hasta los dientes. Aquel Miguel, fue el enjuiciado por las muertes de junio de 1887, en La Puerta. Al parecer, años más tarde, tambien fue uno de los hermanos Aguilar que le hicieron el atentado a plomo, en un bolo de Timotes, al coronel liberal Felipe “Tragabalas” Uzcátegui.

El 22 de octubre, el nuevo gobierno nacional declaró la Reconstitución de la República Democrática Federal, para diferenciarse del gobierno liberal arbitrario y corrupto de Guzmán Blanco, alentando como sujeto histórico a la fuerza liberal, (El Trujillano. Número 42. 1877); esto indicaba que los jóvenes del país, los patriotas demócratas y amantes de la libertad, adoptaron estos nuevos ideales y cifraron en este gobierno sus esperanzas de cambio, ante las injusticias, arbitrariedad y la ausencia de garantías ciudadanas.

Eran tiempos en los que se podía ver a los leales campesinos abandonar sus sementeras bajando a pie o en bestia por las feroces cuestas del Páramo de las Siete........

© Diario de Los Andes