El almacén pontificio
Hay momentos en que te preguntas para qué quieres aquel gallo de madera que trajiste de Lisboa, aquella gusla de una cuerda comprada en la antigua Yugoslavia, las variadas ediciones de El Quijote que nunca lees y una caja llena de monedas que no coleccionas. Y te entran, de remplón, unas ganas tremendas de luchar contra el apego a los objetos. Son momentos críticos en los que te juegas el pellejo, porque no es fácil discernir el apego lógico a lo material y el apego patológico, que te hace guardar tarros de........
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