Cuando se importan análisis, se acaba exportando corrupción
Antes de sentarme a escribir esto tenía claro que el objetivo de la columna era contribuir al debate público sobre la corrupción intrínseca del PSOE -y del PP- y la patrimonialización del Estado que usan y han usado de tantas maneras diferentes. Y, de repente, las casualidades de la vida -o no-.
Saliendo de la fábrica, del turno de noche, siempre me gusta ponerme la radio en el coche para ver “qué pasa en el mundo”. Voy cambiando de emisoras para hacerme una idea de cómo está el panorama mediático en esta nuestra querida tierra, por aquello de intentar evitar sesgos en lo posible, y me encuentro al todopoderoso ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes del Gobierno de España, el señor Bolaños, diciendo sin ponerse ni colorado que es inadmisible que el Tribunal Supremo vaya a juzgar sin pruebas al fiscal general del Estado. Lamentó que el juez de dicho Tribunal, palabras textuales, “haga una afirmación tan grave sin ninguna base probatoria”.
Hay quien no conoce la vergüenza. Dice lo anterior un alto cargo y mano derecha del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando sabe de sobra que toda la estructura de su partido validó expresamente que los mismos jueces hicieran conmigo lo que hacen ahora con el fiscal general del Estado. Si iban a por un diputado canario nacido en Ofra de familia de clase trabajadora, entonces no hacía falta pruebas e, incluso, se animaban a colaborar con el atropello, pero, oye, cuando les toca a ellos, la vara de medir es otra. Como dice el refrán: cría cuervos y…
Me han acusado de multitud de cosas en estos años, dependiendo de lo que les interesara en cada momento; sé perfectamente que me tachan de rencoroso, de estar encochinado por lo que pasó y de estar a disgusto currando en la fábrica. Total, donde se cuentan mil mentiras sobre uno qué más da contar 1.003, ¿verdad?
Obviamente no; no estoy ni mucho menos descontento con tener mi trabajo en la fábrica. Llevo veinte años currando allí y tengo unos compañeros que son como una familia y, fruto de nuestras luchas conjuntas, hemos conseguido unas condiciones laborales muy dignas que permiten, entre otras cosas, que gane más perras en la fábrica de lo que ganaba de diputado -porque yo sí donaba.
También podría ser liberado en La Laguna si hubiera aceptado las prebendas ofrecidas que no me corresponden, pero prefiero apretar........
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