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Confederalidad

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02.04.2025

EAJ-PNV acaba de culminar su proceso de renovación interna con la elección del nuevo Euzkadi Buru Batzar (máximo órgano ejecutivo) y la aprobación de sus ponencias. En los debates previos de la ponencia Una organización democrática se ha apelado al concepto de la confederalidad organizativa histórica de la formación abertzale.

Confederalidad

Dicha circunstancia me ofrece un buen punto de partida para realizar un repaso histórico a lo que, en relación a la aplicación del concepto confederal, ha sido la organización interna de EAJ-PNV a lo largo de su dilatada historia (este año celebrará su 130 aniversario).

No será hasta 1906, tres años después de la muerte de Sabino Arana, cuando el PNV disponga de sus primeros estatutos (Estatutos de Bilbao), una base organizativa de difícil aplicación ya que, a excepción de Bizkaia, aún no se habían constituido los órganos ejecutivos territoriales. Por poner un ejemplo, el Gipuzko Buru Batzar (ejecutiva guipuzcoana) se creó el 20 de abril de 1908. Hasta entonces, y desde 1904, Engracio Aranzadi Kizkitza, el gran ideólogo del abertzalismo postaranista, había ejercido el cargo de Delegado Regional en Gipuzkoa, un territorio en el que la implantación sabiniana resultaba complicada habida cuenta del fuerte asentamiento de otras ideologías como el carlismo o el integrismo.

En contra de lo que pueda parecer, el concepto de confederalidad en la estructura interna no es un aspecto que remita a la primera hornada de proyectos estatutarios (p.e. Elgoibar 1908, Zumarraga 1914), ni siquiera a los modelos establecidos tras la adopción de la nueva denominación de Comunión Nacionalista Vasca en 1916 (término este que apela al concepto de partido-comunidad interclasista). En contra de lo que se haya interiorizado erróneamente por la militancia, este periodo inicial del partido estuvo marcado por una preponderancia del nivel decisorio regional sobre el municipal y esta situación puede entenderse mejor constatando que en la Gipuzkoa de los primeros años del siglo XX, sólo cinco municipios disponían de una implantación abertzale suficiente como para tener delegado municipal.

Y como en la vida de un partido democrático no hay nada inmutable, la siguiente configuración organizacional (1920-1922), recogió un esquema centralizado para, al cabo de dos años, optar por un modelo que........

© Deia (Tribuna Abierta)