OPINIÓN: El Manifiesto Comunista y los conceptos de civilización y barbarie
Hace unos días presenté, junto a dos excelentes colegas, una nueva edición de la colección Biblioteca del Pueblo que reúne tres obras clásicas del pensamiento revolucionario: el “Manifiesto Comunista” (1848) de Carlos Marx y Federico Engels, “Nuestra América” (1891) de José Martí y “La historia me absolverá” (1953) de Fidel Castro. Me correspondió introducir el primero. Es, junto a la Biblia, uno de los dos textos más reimpresos y traducidos del mundo en los últimos 177 años. Pero sospecho que, a pesar de que puede ser una referencia conocida por muchos, no sucede lo mismo con su contenido.
Desde la implosión del llamado campo socialista, los medios impresos y digitales, las academias burguesas y sus políticos han aprovechado al máximo el desconcierto de los pueblos y de los intelectuales marxistas de gabinete, enredados en el laberinto de las verdades, observadores en la distancia de sus aplicaciones prácticas, para declarar muerta la doctrina. Estos son los verdaderos extremistas: los que se aferran a la palabra y no al sentido que estas encierran, y de tan literales y rectos, tropiezan con los sinuosos y zigzagueantes caminos de la historia. Los que no entienden el sentido, no entienden el significado. El Manifiesto Comunista es una descripción brillante de la sociedad burguesa de su tiempo, que necesita sin dudas de un atrevido y fiel continuador, pero que establece de manera clara, en un lenguaje asequible, las coordenadas científicas del materialismo histórico. La descripción, a veces, nos provoca la sonrisa del tiempo ido: el ferrocarril que acorta la distancia en días para la comunicación y la información de los obreros en regiones distantes. Hay que retomar el análisis, porque la era de la Internet, no es sólo la de la comunicación inmediata, en segundos, también es la de la desinformación y las fake news, la era de la posverdad, la que reduce y controla la capacidad cognitiva de las clases oprimidas.
En 1871 se publicaba en Madrid, en el periódico marxista El emancipador (1871 – 1873), la primera traducción al castellano del Manifiesto Comunista. El joven José Martí acababa de llegar a España, deportado por sus ideas separatistas, después de haber sufrido prisión en régimen de trabajo forzado en las canteras habaneras, y hasta 1874 vivió y estudió entre Madrid y Zaragoza. ¿Lo leyó? No........
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