Diálogos otra vez
Según algunos estudios, la cantidad de tiempo que se dedica a la conversación en el seno de las familias se ha reducido dramáticamente en los últimos años; sobre todo entre padres e hijos. Tiene que ver en buena medida con el móvil y su presencia constante, que aísla a los sujetos en burbujas impenetrables.
Una casa sin conversación dista de ser un hogar. Debería ser ese el sitio donde más a gusto nos sintamos, donde podamos contar sin tapujos cómo nos fue el día; así como las alegrías, miedos y esperanzas que nos sostienen, sin temor a ser juzgados. Comunicarse es una forma de amar, escuchar es un acto de amor.
No podemos aspirar a que nuestros hijos conversen con nosotros si jamás estamos disponibles para hacerlo, o si solo los........
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