Nada
Jorge contempla al único sobreviviente, de apariencia pacífica. Es un gurami plateado y tiene más de tres años. Yo lo traje, mi mamá lo alimenta, pero el que quiere pecesitos es él, así que le toca limpiarle el hogar… de vez en cuando.
Se nota absorto, y casi por mortificar (claro que sé la respuesta) le pregunto:
—Jojo, ¿qué piensas?
Sin mirarme siquiera (también está al tanto de por dónde viene mi provocación) responde de soslayo:
—Nada…
—Claro que nada, ¡es un pez!— replico ante su cara de mártir.
—¡Que no pienso en nada, chica! Y no, no está taaan claro: ya hay que cambiar el agua. Esos caracoles “limpiapeceras” parece que están en teletrabajo.
Le río el pujo para mantener el diálogo, pero insisto:
—¡Y qué piensas, dime! Estoy hace rato hablando de trabajo.
Sin caer en el jamo, vuelve a su típica respuesta: en serio no está pensando en nada. Sólo miró al pez porque en el Feng Shui se potencia un buen empleo colocando agua en movimiento en la entrada de la........
© Cubahora
