Más seda que mármol
“¿De qué no habló Martí?”, preguntaba con ánimo retórico una señora holguinera a la entrada de la casita de la calle de Paula. “De sexo”, murmuró uno de los jóvenes participantes en aquel recorrido por la historia habanera, organizado por la columna La tecla del Duende, de Juventud Rebelde.
La discusión se pospuso hasta la salida del sagrado recinto, cuando volvió el joven a la carga: “Mira que he buscado, y no veo nada en que hable directamente del momento”, insistía, aunque la siempre alerta Cary citara el archiconocido poema:
Mucho, señora, daría / por tender sobre tu espalda / tu cabellera bravía, / tu cabellera de gualda: despacio la tendería, / callado la besaría…
Cría fama… dice el refrán, y tal como esperaba, ambos se volvieron hacia mí para que zanjara el asunto.
Pero no era tan simple la respuesta. Para empezar, si hablamos de sexo en su sentido holístico hay que incluir también los afectos, la identidad, la familia… y de todo eso habló y escribió Martí de sobra en su corta y fructífera vida: páginas bellísimas, educativas, esclarecedoras,........
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