¡Buenos días!
“¡Qué cultos son estos analfabetos”!, dijo alguna vez el novelista inglés, Chesterton, refiriéndose a los campesinos españoles. Pero, ¿cómo se puede ser culto y analfabeto? Es que una cultura nace de múltiples lecturas; otra, de la educación que no depende de títulos académicos sino de la sencillez legítima del hombre.
Por eso, hay cultura tras un maravilloso saludo que nunca debe ser menudillo suelto al azar, ni formalismo para abrir el trabajo de cada jornada, sino tuétano del trato y regalo del hombre a su condición humana: Me refiero a los buenos días de cada salida de sol.
Algunos se niegan a dar los buenos días, parece que no duermen bien y entran a las oficinas con la resaca de un mal humor que no se les quita de la cara; otros prefieren responder al saludo con una mueca imprecisa, estiran los labios; ladean la cabeza, a la izquierda o la derecha da........
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