Gas gratuito, a domicilio
En Minas de Jarahueca las entrañas de la tierra ponen sobre la superficie un privilegio que todo el mundo aprovecha, aunque no todos corresponden
En Minas de Jarahueca las entrañas de la tierra ponen sobre la superficie un privilegio que todo el mundo aprovecha, aunque no todos corresponden. / Pastor BatistaMientras “por la izquierda” hay tipos que se embolsillan con la mano derecha 10 000 pesos, 11 000… lo que se les antoje pedir por “resolverte” una balita de gas a cualquier doliente, los habitantes de una comunidad rural llamada Minas de Jarahueca, en la geografía espirituana, no tienen que gastar ni un centavo para cocinar con ese divino vapor natural las 24 horas del día, durante todo el año.
Lo que tornar más interesante el asunto es el hecho de que la empresa comercializadora Cupet no tiene que consumir ni un litro de combustible en el traslado hasta allí de cilindros donde habitualmente se envasa dicho producto.
El servicio corre a cuenta de la naturaleza, desde las entrañas de la tierra.
De visita por vez primera a ese pintoresco lugar, Dayana Marrero no puede creer lo que sus ojos ven. Frente a ella, una señora acerca la fosforera a la copa derecha del fogón y… ¡Se hace la luz! Una pequeña llama de hermosa tonalidad azul cubre los 360 grados de circunferencia. Fuera de la cocina no hay balita ni cilindro alguno. Solo una tubería y una pequeña llave.
Aquí no media la conocida “balita” sino el gas directo, cortesía de la naturaleza. / Pastor BatistaChispazo a la raíz
Para quienes residen en la zona el asunto no constituye novedad. Muy bien lo sabe Roberto Clemente Morales, quien le dedicó más de medio siglo de su vida al giro del petróleo como técnico en mantenimiento de pozos, aunque su vasto conocimiento y las vivencias acumuladas a lo largo de........
© Bohemia
