Redes sociales: ¿Al servicio de quién?
Las TIC´s (tecnologías de la información y la comunicación) son especialmente atractivas; con mucha facilidad pueden pasar a ser adictivas (de la real necesidad de comunicación fácilmente se puede pasar a la adicción, más aún si ello está inducido, como efectivamente sucede). Hoy, quizá un tanto exageradamente, se habla de "adicción al internet", como si se tratara de la dependencia de alguna a sustancia psicotrópica. No es lo mismo, pero tampoco está lejos de ello. Estamos invadidos por una cultura de lo digital; vivimos una entronización de ello, que puede llevarnos a verlo como panacea. De todos modos, más allá de la interesada prédica empresarial que identifica a las TIC’s con una supuesta "solución universal", no hay dudas que tienen algo especial que las va tornando imprescindibles. Por eso esa adicción creciente.
Estar conectado, estar todo el tiempo con el teléfono celular en la mano, estar pendiente eternamente del mensaje que puede llegar, de las redes sociales, del chat, constituye un hecho culturalmente novedoso. Un corto tiempo atrás, a nadie se le hubiera ocurrido compartir una foto donde estamos comiendo haciendo alarde de la comida, una imagen de mi mascota, de mi persona practicando un deporte, o llorando porque nos dejó la pareja; eso era inconcebible. Hasta hubiera parecido absurdo quizá. Ahora pasó a ser parte de nuestra cotidianeidad; o, al menos, del día a día de muchísima gente en el mundo. Incluso de sectores deprimidos económicamente, donde tal vez falta la comida, pero donde sí hay un teléfono inteligente, y donde no falta la selfie que nos muestra felices y radiantes. Estas tecnologías van mucho más allá de una circunstancial moda: constituyen un cambio profundo, un hecho civilizatorio, una modificación en la conformación misma del sujeto y, por tanto, de los colectivos, de los imaginarios sociales con que se recrea el mundo y se actúa sobre él.
En esa penetración que tienen las TIC’s, como mínimo se podrían señalar dos características definitorias que las convierten en esa nueva "droga": a)........
© Aporrea
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