Estado de Israel: de víctimas a victimarios. ¿Por qué se transformó en genocida?
Hoy el Estado de Israel es una delegación del poder estadounidense -secundado también, en alguna medida, por la Unión Europea- en una zona particularmente rica en petróleo (un tercio de la producción mundial proviene de Medio Oriente y el Golfo Pérsico, y en la región se encuentras las reservas más grandes del planeta, junto con las de Venezuela), riqueza que Occidente -o mejor dicho: sus enormes multinacionales (ExxonMobil, Chevron, Halliburton -Estados Unidos-, Shell -Gran Bretaña y Holanda-, British Petroleum -Gran Bretaña-, TotalEnergies -Francia-) no quieren perder por nada del mundo. Esto explica que Israel sea una potencia militar, el único país de la región con armamento nuclear, no declarado oficialmente pero tampoco nunca negado (alrededor de 90 bombas atómicas, o quizá más), listo para defender esos intereses empresariales. El sionismo gobernante en el país no defiende la "tierra prometida"; defiende los intereses capitalistas occidentales. El lobby judío de Estados Unidos -su principal sostén- no tiene intereses religiosos; solo tiene olor a dólar.
El presidente israelí Benjamin Netanyahu dijo que los palestinos deben salir de Gaza porque ese es un territorio que le pertenece históricamente al pueblo judío. ¿Razones histórico-religiosas? ¡No, en absoluto! Dicho esto, inmediatamente declaró que la Franja de Gaza es un "buen negocio inmobiliario" que explotará el Estado de Israel junto a Estados Unidos (o junto a ese magnate inmobiliario que es el actual presidente: Donald Trump, quien se permitió decir vez pasada que la zona se convertiría en un "resort de lujo", la Riviera de Oriente Medio).
La ayuda militar estadounidense más grande para con algún país es la que otorga a Israel: alrededor de 4,000 millones de dólares anuales, traspasándole mucha tecnología bélica de punta, lo que representa el 17% de toda la ayuda armamentística de la gran potencia al exterior. Para Tel Aviv eso significa el 70% de la cooperación militar externa; el resto viene de Europa. A su vez, Israel produce su propia tecnología militar -siempre asistido por Estados Unidos-, lo que lo constituye en un feroz guardián del área, en todo momento listo para atacar, tal como está haciendo ahora en forma creciente. "Israel debe ser como un perro rabioso, muy peligroso para ser molestado", expresó sin ningún remordimiento, o más aún: ¡orgulloso!, el que fuera general y ministro de Defensa israelí, Moshé Dayán.
Debe tenerse bien en claro esto: el pueblo judío ha sido, desde el legendario éxodo bíblico, un colectivo marcado por la exclusión, la persecución, el escarnio. Proceso milenario que concluye con el Holocausto (la Shoah) a manos de la locura eugenésica nazi (el supuesto "pueblo culto y desarrollado de Europa" ¿?), donde murieron seis millones de sus miembros, es decir, alrededor de una tercera parte de la población judía........
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