¡Ni tan calvo, ni con dos pelucas!
En días recientes, me encontraba en compañía de mi señora esposa en el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), sede principal, ubicada en la ciudad de Caracas, realizando una diligencia personal, relacionada con la tramitación del pasaporte, tanto del mío como el de mi cónyuge.
Al llegar al sitio nos encontramos con una cola más larga que un flato de culebra, que daba la vuelta a la esquina, y entre tanta gente, ocupamos nuestra posición, y de esta manera, fueron llegando personas y más personas por diferente motivos, alargando mucho más la fila.
En cada punto de la cola, tanto en los extremos como en los espacios equidistantes de la fila, se hallaba un joven Guardia Nacional cumpliendo con sus labores en comisión de servicio en esa entidad gubernamental, con tantas funciones de esa naturaleza. La fila fluía normalmente, sobre todo, después de las 10 de la mañana, que........
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