La solidaridad sí existe
"Las fuerzas yemeníes siguen cumpliendo con su deber religioso, moral y humanitario hacia el pueblo palestino oprimido. Sus acciones no se detendrán hasta que la gente de la Franja de Gaza sea liberada" (teniente General Yahya Sari, de Yemen).
En un mundo donde prevalece el hedonismo, el egocentrismo, el yoismo, y, según el filósofo surcoreano, Byun Chul Han, estamos, además, en presencia del narcisismo que se basa en el vacío. Hoy nada dura, nada persiste. Este carácter efímero, esta incertidumbre, este miedo por uno mismo, conduce al funcionamiento "vacío" del ego. De allí, la manía por los selfies, que se generan por vanidad o enamoramiento, pero que también también ilustran con precisión este vacío interior. Y lo peor de todo es que no es un ego narcisista estable, más bien de un "narcisismo negativo".
Por tanto, hablar y, mucho más, practicar la solidaridad, parece una quimera, un asunto de "ciencia ficción" o de seres ilusos.
Pero, a pesar de todo y contra todo pronóstico, la solidaridad si existe y también se practica.
¿Qué es la solidaridad?
Desde el punto de vista lexicográfico, se sostiene que la solidaridad se considera como un sentimiento de apoyo a otros, especialmente cuando se encuentran en situación de vulnerabilidad, que se manifiesta en actos y palabras. Ser solidario es uno de los principales rasgos psicológicos y sociológicos de la humanidad.
Hablar de solidaridad implica hablar de empatía, de sentido de pertenencia a una comunidad, pero también capacidad para apoyar a otros y para ir más allá de las diferencias sociales y culturales, saber "ponerse en el lugar del otro", esto es, practicar la alteridad.
Existe solidaridad cuando en un grupo existen valores e intereses comunes, que unen a grupos de personas que van tras un mismo objetivo, o comparten problemas.
La solidaridad es un valor humano de gran importancia, porque nos hace entender que más allá de los lazos de sangre, de las diferencias sociales, políticas, religiosas y culturales, somos parte de un todo: la humanidad. Por eso se le emparenta con la honestidad, la justicia o la amistad.
Usualmente los gestos de solidaridad se dan entre los que tienen nexos de diversos tipos, como ser familia, compatriota, vecino o colega; pero la solidaridad va más allá, cuando nos preocupamos y ocupamos de otros que quizás en nada se parezcan a nosotros, pero que igual necesiten nuestra ayuda, o al menos nuestra simpatía.
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