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Lo que aprendimos y lo que nos falta por aprender

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29.01.2025

"No hay nada más dulce que lo que he tenido, nada más amargo que lo que perdí." JM Serrat.

En Venezuela vivimos como en un Estado forajido donde el que dispara primero dispara más veces, lo ocurrido el 28J24 lo demuestra, pues es lo más descarado que se ha impuesto a la brava por parte del régimen, superando a los gobiernos de la III y IV República, en maniobras arteras y discordantes con la realidad, por cuanto al discurso ramplón sobre la paz, como si ésta puede existir sin justicia ni respeto al derecho de las personas, en el ejercicio de su voluntad por medio del voto, que es lo único que tiene para ejercer por la vía pacífica la controversia entre dos factores antagónicos, en el ejercicio de los derechos humanos que le garantizan la Constitución y las leyes, violadas sistemáticamente por NiMaMo el todo poderoso de la Venezuela secuestrada por los poderes públicos bajo su autocracia.

Para decirlo bien hay que escribirlo correctamente, con concordancia, y comunicar las ideas de cuanto aconteció, y parece que se repite sobre la marcha del tiempo, aquello que sucedió, lo que otros protagonizaron y que podemos observar como protagonistas diletantes de la historia patria. Aquellos conquistadores extraviados camino a la India, desde la península entre las costas del Atlántico y del Mediterráneo, ocuparon y colonizaron estos parajes con los que toparon, y que llamaron Hispanoamérica. A ellos a quienes los criollos principales les disputaron el mando y el control del poder de pueblos y poblaciones; y junto a pardos y aborígenes, los enfrentaron y echaron, devolviéndolos por el camino andado, derrotados, llegaron a sus metrópolis levantadas con la carne y la sangre de los indios y americanos.

Independizados, desterrado y muerto Bolívar, por disolución de la Gran Colombia, desechos sus sueños y proyectos libertarios, suplantado por Páez y los jerarcas de doctrinas, que desde los escenarios ideológicos, avalando o contradiciendo a sus contendores, entonces armados de plumas hicieron correr mucha tinta en páginas sueltas y periódicos, hasta que de nuevo sosteniendo mosquetones y temidas lanzas llaneras, llevando a cabo la Revolución Reformista con "encendido tinte liberal, como un torneo libertario (..) desenfundábanse frases de escritores clásicos y de los más recientes de la Ilustración y de los mentores del Republicanismo." PI Elías, Las Ideas de los primeros venezolanos. Aquellos, servidores de los caudillos, "galopando sobre estas naciones ‘libres’ sometidas a la voluntad de algún dictador." De las encendidas polémicas entre liberales y conservadores y sus intereses en juego, más tarde los condujo a toda la nación a la más sangrienta guerra civil.

El principal motivo, entre muchos otros que han servido de mecha para el estallido de los conflictos y la guerra son de naturaleza económica, pero que a la mayoría que largó el pellejo en la independencia, continuaron en la pobreza y la indigencia, los banqueros y usureros controlando el voto de los civiles, aunque la prioridad no fuera el beneficio de las mayorías ni las comunicaciones en el país. Ahora tocaba enfrentar al despotismo de los propios. Esto aconteció entonces, pero es que acaso no sigue ocurriendo en la actualidad, en esta época posmoderna, el mimo musiú con diferente cachimbo, con nuevos trajes y tecnología.

Según se reflexione, la historia está ahí, basta asomarse a ella y verla cómo ha transcurrido, con sus diferencias y dinámicas desde el poder, la explotación, el reemplazo de unos grupos por otros, desde los sectores pudientes, por delegación de las mayorías, a las que dejan en la estacada, con las injusticias y desigualdades. Es la lucha del hombre por el hombre, del control y la influencia, la explotación de los recursos y la mano de obra; la manipulación de las masas y temas recurrentes, que, repetidos una y otra vez, no dicen mucho más que lo que se aprecia en los hechos.

En fin, muchas veces y pareciera menos entendido mientras se avanza en la posmodernidad. Los cambios de herramientas y métodos, no se aplican a las estructuras de poder, que permanecen con sorprendente similitud de criterios, sin la participación real, activa y consciente de las mayorías, clave para romper tales ciclos, en los cuales se ven involucrados las poblaciones, con parcialidades en el diálogo, y sin unidad de los contrarios, fundamentales para edificar una sociedad ecuánime, más justa y equitativa. El desafío es enorme, no imposible, los cambios ocurren cuando la gente se une, trabaja y aporta hacia un objetivo común, con el compromiso firme de respetar los derechos y las obligaciones.

Del análisis podemos inferir cuanto es reflejo de los ciclos históricos y políticos que nos afectan, sin que aprendamos de los errores del pasado y las mismas dinámicas de poder y corrupción, no avanzaremos en los cambios necesarios. La comparación que hacemos entre este régimen y los del primer tercio del siglo XIX, nos interesan en cuanto a las promesas que se emiten sobre el cambio y el progreso, y sobre manera los desvíos que se cometen en el camino, y dejan esa desilusión en los ciudadanos, y la precaria situación. Nos manipulan y unos pocos se aprovechan de las circunstancias, en detrimento de la mayoría, una constante que marca la historia del país.

La clave, como se menciona está en la participación activa y consciente de todos los ciudadanos. Solo a través........

© Aporrea


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