Los móviles del areópago
Cuando empecé a ver a mucha gente leer libros en el metro de Barcelona, allá por mi universitario 1978, me sorprendí. Me consideraba incapaz de leer nada entre aquellos traqueteos que entonces me parecían incesantes e incluso inquietantes. Mucho menos en los autobuses, también en aquellos de la línea 7 articulados que me transportaban de la zona universitaria a la Gran Vía frente a la plaza de toros........
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