Las sombras de Madrid
No hay nada igual a una querella. Nada más impagable que una querella permanente. En ella parece que vivimos, al menos en esa almendra que encierra la M-30, o calle 30, madrileña. Que decepción: una ronda de apertura y circunvalación que se convirtió en el muro de un encierro.
El domingo, la derecha política de este país, la que se decía "civilizada" y homologada a las derechas europeas, se manifestará de nuevo. Sin banderas, dice........
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