La paz es un bien preciado que sin embargo suscita frecuentes discordias. Y en esta ocasión no estoy escribiendo de las guerras de Ucrania o Gaza. Los enfrentamientos entre las personas y las instituciones la rechazan, pero la verdad es que no siempre con éxito. Lo estamos viendo estos días con la concesión del Premio Nobel de la Paz, un galardón disputado entre muchos aspirantes con méritos, aunque no todos precisamente enemigos de disputar a tiros sus ambiciones.

Este año había un autocandidato con mucho poder, que está convencido de que es quien merece este título, cuando su trayectoria deja tanto que desear en el ámbito de la concordia y después incluso de precipitar el final de la masacre de Gaza para sumar méritos. La realidad sin........

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