En contra del odio de Bretón
Hay una regla no escrita en ficción que casi todo el mundo cumple: nunca matar niños. En las películas, series y novelas están permitidas todo tipo de burradas, pero si el que pierde la vida es menor de edad, mejor fuera de campo. Poner en escena el sufrimiento de un niño activa esa extrema sensibilidad para la que los adultos estamos programados y que se multiplica por mil en el instante en el que te conviertes en padre. Tengo niños pequeños, así que supongo que eso anula mi objetividad en el debate en torno a la publicación de El odio, el libro de Luisgé Martín. Si tengo que elegir entre la libertad creativa y el dolor que puede infringir, en un caso como este me pongo del........
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