Por estas fechas nos ocupamos en Venezuela de un país al que nunca le seguimos las huellas, salvo cuando se distinguió por ser cuna de unas megapandillas llamadas genéricamente “maras”.

De El Salvador como del resto de Centroamérica poco se ocupó nuestra intelectualidad, salvo un gran amigo de la adolescencia, hijo de un dirigente adeco y decente, que luego de dirigir la radio de los sandinistas de Nicaragua montó otra estación de radio para apoyar al frente guerrillero de El Salvador llamado entonces Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Carlos Henríquez, decepcionado........

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